ESPAÑA | Las diferencias en el trato según la edad son incongruentes y crean desigualdades

El Síndic de Greuges de Cataluña ha presentado el Informe anual (en breve disponible en castellano) sobre los derechos del niño correspondiente a 2024, en cumplimiento de lo dispuesto en la Ley 14/2010, de 27 de mayo, de los derechos y las oportunidades en la infancia y la adolescencia.

Este año, el informe se centra en analizar cómo la edad condiciona el reconocimiento y el ejercicio efectivo de los derechos de los niños. En este sentido, constata que el edadismo, es decir, la discriminación por motivos de edad, afecta a los niños al limitar sus derechos y oportunidades, y que las políticas públicas a menudo no tienen en cuenta la perspectiva de la edad ni las necesidades de este colectivo. Algunos ejemplos de ello son los siguientes:

  • El riesgo de pobreza es mayor entre los niños que entre los adultos (27 % frente a 15 %). Además, la cobertura de la renta garantizada de ciudadanía y del ingreso mínimo vital es limitada: casi el 15 % de los niños que viven en situación de pobreza extrema y alrededor del 55 % de los que están en riesgo de pobreza no tienen acceso a ninguna de estas prestaciones.
  • Los niños tienen que esperar más tiempo que los adultos para acceder a los servicios de salud y a la vivienda social. El tiempo medio de espera de adjudicación de una vivienda es de 618 días para las unidades con menores a cargo y de 460 días para las unidades sin menores.
  • No existe una legislación administrativa básica que regule específicamente la responsabilidad de los niños, a diferencia de lo que ocurre en el ámbito penal, en el que las sanciones se gradúan en función de la edad y se aplican medidas sancionadoras educativas.

Ante esta situación, la síndica ha declarado que “la sociedad sigue considerando a menudo a los niños como objetos de protección en lugar de como ciudadanos con derechos propios”.

La vulnerabilidad de la adolescencia, un punto crítico

El informe también señala que la adolescencia es una etapa bastante desprotegida, con importantes carencias en materia de educación (abandono escolar prematuro y falta de plazas de formación profesional) y de salud mental (acceso limitado a servicios especializados de salud mental –CSMIJ–, a pesar de la prevalencia de trastornos emocionales). Las cifras muestran que los adolescentes tienen un mayor riesgo de pobreza y exclusión (hasta un 35 % en algunos indicadores) y que la inclusión escolar disminuye con la edad (el 50 % del alumnado de entre dieciséis y veintiún años con necesidades educativas especiales no está matriculado en ningún programa de formación). Además, el sistema de protección tiene dificultades para atender adecuadamente a los adolescentes tutelados especialmente vulnerables, como las chicas o los jóvenes migrantes no acompañados.

Además de la adolescencia, la primera infancia (de cero a seis años) es otro grupo de edad especialmente vulnerable: el 57 % de los niños de entre cero y dos años no están escolarizados. También hay un elevado número de niños menores de seis años institucionalizados en centros de protección (alrededor de 300). Además, la cobertura de los centros de desarrollo infantil y atención precoz (CDIAP) es insuficiente.

Por favor, haga clic aquí para leer el artículo completo.

 

Fuente: El Síndic de Greuges de Cataluña, España

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