El Síndic de Greuges ha recibido quejas de diversas direcciones de centros escolares de elevada complejidad por la pérdida de técnicos de integración social (TIS) y educadores sociales (ES) para el nuevo curso escolar 2025/2026. Esta situación preocupa gravemente a las direcciones de los centros, que consideran a estos profesionales esenciales para atender al alumnado y a las familias en contextos sociales desfavorecidos.
Aunque el número de TIS ha aumentado en los últimos años en los centros públicos —se ha pasado de 215 TIS en el curso 2018/2019 a 684 en el curso 2024/2025—, la institución denuncia que la cobertura sigue siendo insuficiente. De hecho, en 2023, el 41 % de los centros de alta complejidad no contaban con esta figura. Respecto a las ratios, en 2023 había un TIS por cada 276 alumnos de centros de máxima complejidad, y uno por cada 500 alumnos en centros de alta complejidad. En el caso de los ES, la ratio era de uno por cada 2.000 alumnos en centros de elevada complejidad.
Además, la síndica percibe que estos profesionales no están suficientemente integrados en las plantillas de los centros. Por ejemplo, la resolución que regula las plantillas de los centros del sector público no los incluye, y la mayoría no están integrados en los claustros, como si fueran personal externo.
Ante esta situación, la institución pide incrementar la dotación de personal de atención educativa en los centros con complejidad. En concreto, propone garantizar un mínimo de dos dotaciones de TIS en los centros de máxima complejidad y un mínimo de una en los centros de alta complejidad. También solicita que se garanticen plantillas más multidisciplinares que incorporen personal del ámbito social, como los ES, y también profesionales de la salud. "El personal de atención educativa en los centros con elevada complejidad es imprescindible para garantizar la equidad y avanzar hacia el éxito educativo de todo el alumnado", ha destacado la síndica.
Al mismo tiempo, la síndica insta al Departamento de Educación y Formación Profesional a actualizar la clasificación de los centros educativos según su nivel de complejidad. El sistema actual data del año 2021, antes de la aprobación del Decreto 11/2021 de admisión de alumnado. Por tanto, no refleja el impacto de los últimos cambios sociodemográficos, el incremento del alumnado con necesidades educativas ni las políticas de escolarización equilibrada.
Finalmente, la institución defiende que la financiación de los centros educativos no es lo suficientemente equitativa, ya que no se tiene suficientemente en cuenta su complejidad a la hora de configurar las plantillas. La linealidad de la financiación de los centros, especialmente en el sector concertado, no contribuye a garantizar la igualdad de oportunidades del alumnado. La institución también recuerda que esta clasificación no se aplica todavía a la hora de configurar las plantillas financiadas con fondos públicos de los centros concertados.
Fuente: El Síndic de Greuges de Cataluña, España